Millones de documentos muestran a jefes de Estado, criminales y celebridades que usan escondites secretos en paraísos fiscales. Una investigación global que involucra a más de 170 periodistas de 100 organizaciones y medios de comunicación del mundo revelan en esta serie de investigación mundial cómo la firma panameña Mossack Fonseca fabricó sociedades offshore para políticos corruptos y personajes asociados al crimen organizado.
Una masiva fuga de documentos expone los bienes offshore de 12 líderes mundiales actuales y pasados y revela cómo asociados del presidente ruso Vladimir Putin movieron en secreto hasta 2 mil millones de dólares a través de bancos y compañías secretas.
La filtración también da detalles sobre los negocios financieros secretos de 128 políticos y funcionarios públicos de todo el mundo.
El archivo de 11,5 millones de registros muestra cómo una industria global de firmas legales y grandes bancos vende secretos financieros a políticos estafadores y traficantes de drogas así como a billonarios, celebridades y estrellas deportivas.
Estos son algunos de los hallazgos de una investigación de un año por parte del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación, el diario alemán Süddeutsche Zeitung y más de 100 organizaciones noticiosas.
Los archivos exponen compañías offshore controladas por los primeros ministros de Islandia y Pakistán, el rey de Arabia Saudí y los hijos del presidente de Azerbaiyán. También incluyen a al menos 33 personas y compañías puestas en la lista negra del gobierno de los Estados Unidos en base a evidencia de que han hecho negocios con capos mexicanos de la droga, organizaciones terroristas como Hezbolá y naciones rebeldes como Corea del Norte e Irán.
Una de estas compañías proveyó combustible para los aviones que el gobierno de Siria utilizó para bombardear y matar a miles de sus propios ciudadanos, según señalan las autoridades de EE.UU..
Las llamadas sociedades offshore son empresas que se caracterizan por estar registradas un país paraíso fiscal en el que no realizan ninguna actividad económica o comercial, sólo para tomar ventajas contributivas y de privacidad que dificultan la identificación del flujo de sus dineros.
Los archivos exponen compañías offshore controladas por los primeros ministros de Islandia y Pakistán, el rey de Arabia Saudí y los hijos del presidente de Azerbaiyán.
“Estos hallazgos demuestran cuán profundamente arraigadas están las prácticas dañinas y la criminalidad en el mundo offshore”, dijo Gabriel Zucman, un economista de la Universidad de California, Berkeley y autor de “La riqueza oculta de las naciones: el mal de los paraísos fiscales”. Zucman, quien fue informado sobre la investigación de la alianza de medios, dijo que la publicación de los documentos filtrados debería impulsar a los gobiernos a buscar “sanciones concretas” contra las jurisdicciones e instituciones que venden secretismo offshore.
Líderes mundiales que se han valido plataformas anticorrupción aparecen en los documentos filtrados. Los archivos revelan compañías offshore vinculadas a la familia del líder chino Xi Jinping, quien ha jurado pelear contra los “ejércitos de corrupción”, al igual que al presidente ucraniano Petro Poroshenko, quien se ha posicionado como un reformista en un país sacudido por escándalos de corrupción. Los archivos también contienen nuevos detalles de los negocios offshore del difunto padre del primer ministro británico David Cameron, un líder que impulsa una reforma de los paraísos fiscales.
Los datos filtrados abarcan casi 40 años, desde 1977 hasta el final de 2015. Permiten una mirada inédita al interior del mundo offshore – proveyendo un vistazo día a día, década a década, a cómo el dinero sucio fluye por el sistema financiero global, generando crimen y despojando a los tesoros nacionales de ingresos provenientes de impuestos.
La mayor parte de los servicios que la industria offshore provee son legales si los utilizan quienes obedecen a la ley. Pero los documentos demuestran que bancos, firmas legales y otros actores offshore a menudo no siguen los requerimientos legales para asegurarse de que sus clientes no están envueltos en actividades criminales, evasión de impuestos o corrupción política. En algunas instancias, según muestran los archivos, intermediarios offshore se protegieron a sí mismos y a sus clientes ocultando transacciones sospechosas o alterando registros oficiales.
Los documentos dejan en claro que los principales bancos son importantes propulsores de la creación de compañías difíciles de rastrear en las Islas Vírgenes Británicas, Panamá y otros paraísos offshore. Los archivos enumeran casi 15,600 compañías en papel que los bancos establecen para clientes que quieren mantener ocultas sus finanzas, incluyendo miles creadas por gigantes internacionales de la banca como UBS y HSBC.
Los registros revelan un patrón de maniobras encubiertas por parte de bancos, compañías y personas vinculadas al líder ruso Putin. Los registros muestran compañías offshore vinculadas a esta red que mueven dinero en transacciones de hasta $200 millones a la vez. Asociados a Putin disfrazaron pagos, fecharon incorrectamente documentos y ganaron influencia trasbastidores dentro de las industrias de los medios y los automóviles en el país, según muestran los archivos filtrados.
Un portavoz del Kremlin no respondió a las preguntas relacionadas con esta historia, sin embargo hizo público el 28 de marzo que ICIJ y sus medios aliados estaban preparando un ataque de “información engañosa” relacionada con Putin y personas cercanas a él.
Los registros filtrados –que fueron revisados por un equipo de más de 370 periodistas de 76 países– vienen de una poco conocida pero poderosa firma legal con base en Panamá, Mossack-Fonseca, que tiene sucursales en Hong Kong, Miami, Zurich y más de 35 otros puntos alrededor del globo.
La firma es una de las principales creadoras de “compañías de coraza” en el mundo, estructuras corporativas que pueden ser usadas para esconder la posesión de bienes. Los archivos internos filtrados de esta firma legal contienen información sobre 214.488 entidades offshore conectadas a personas en más de 200 países y territorios. ICIJ publicará la lista completa de compañías y personas vinculadas a ellas a principios de mayo.
Los datos incluyen correos electrónicos, formularios financieros, pasaportes y registros corporativos que revelan a los propietarios secretos de cuentas bancarias y compañías en 21 jurisdicciones offshore, desde Nevada a Singapur y las Islas Vírgenes Británicas.
Las huellas de Mossack Fonseca están en el tráfico de diamantes de África, el mercado internacional de arte y otros negocios que se benefician del secretismo. La firma ha servido a suficientes miembros de la realeza del Medio Oriente para llenar un palacio. Ha ayudado a dos reyes, Mohammed VI de Marruecos y el rey Salman de Arabia Saudí, a salir al mar en lujosos yates.
Fiscales brasileños llamaron a Mossack Fonseca un “gran lavador de dinero”.
En Islandia, los archivos filtrados muestran cómo el primer ministro Sigmundur David Gunnlaugsson y su esposa eran propietarios secretos de una firma offshore que tenía millones de dólares en bonos bancarios islandeses durante la crisis financiera de ese país.
Los archivos incluyen a un lavador de dinero convicto que aseguraba que había organizado una campaña ilegal de contribución de $50.000 utilizada para pagar a los intrusos de Watergate, 29 billonarios presentes en la lista de la revista Forbes de las 500 personas más adineradas del mundo y a la estrella de cine Jackie Chan, quien tiene al menos seis compañías manejadas a través de la firma legal.
Como es el caso con muchos de los clientes de Mossack Fonseca, no hay evidencia de que Chan haya usado su compañía para propósitos impropios. Tener una compañía offshore no es ilegal. Para algunas transacciones de negocios internacionales, es una opción lógica.
Los documentos de Mossack Fonseca indican, sin embargo, que los clientes de la firma han incluido a estafadores del esquema Ponzi, capos de la droga, evasores de impuestos y al menos un abusador sexual condenado. Un hombre de negocios estadounidense convicto por haber viajado a Rusia para tener sexo con menores de edad firmó papeles para una compañía offshore mientras cumplía su condena de prisión en Nueva Jersey, indican los registros.
Los archivos contienen nuevos detalles sobre grandes escándalos, desde el más infame robo de oro de Inglaterra hasta los alegatos de sobornos que sacuden a la FIFA, el cuerpo que regula el fútbol internacional.
Los documentos filtrados revelan que la firma legal de Juan Pedro Damiani, un miembro del comité de ética de FIFA, tenía relaciones de negocios con tres hombres que han sido inculpados en el escándalo FIFA – el ex vicepresidente de FIFA Eugenio Figueredo, y Hugo y Mariano Jinkis, el dúo padre e hijo acusado de pagar sobornos para ganar los derechos de transmisión de eventos de fútbol para Latinoamérica. Los registros muestran que la firma legal de Damiani en Uruguay representó a una compañía offshore vinculada a los Jinkis y a siete compañías vinculadas a Figueredo.
En respuesta a la notificación por parte de ICIJ y sus medios aliados, el panel de ética de la FIFA ha puesto en marcha una investigación preliminar sobre la relación entre Damiani y Figueredo. Un portavoz del comité dijo que Damiani informó por primera vez al panel sobre sus vínculos comerciales con Figueredo el 18 de marzo. Eso fue un día después de que el equipo periodístico enviara preguntas a Damiani acerca del trabajo de su bufete para las empresas ligadas al ex vicepresidente de la FIFA.
El mejor jugador de fúbtol del mundo, Lionel Messi, también aparece en los documentos. Los registros muestran Messi y su padre eran propietarios de la compañía en Panamá, Mega Star Enterprises Inc.. Esto añade un nuevo nombre a la lista de compañías de coraza que se sabe están vinculadas a Messi. Sus negocios offshore son actualmente el blanco de un caso de evasión de impuestos en España.
Sean famosos o no, Mossack Fonseca trabaja agresivamente para proteger los secretos de sus clientes. En Nevada, según muestran los registros, la firma legal trató de protegerse a sí misma y a sus clientes de las consecuencias de una acción legal en la Corte de Distrito de EE.UU. removiendo registros en papel de su sucursal en Las Vegas y haciendo que sus técnicos borraran registros electrónicos de teléfonos y computadoras.
Los archivos filtrados muestran que la firma ofreció con regularidad fechar incorrectamente documentos para ayudar a sus clientes a obtener ventaja en sus asuntos financieros. Era algo tan común que en 2007 un intercambio por email muestra a empleados de la firma hablando de establecer una estructura de precios - los clientes pagarían $8.75 por cada mes que la fecha de un documento corporativo sería atrasada.
En una respuesta por escrito a preguntas del ICIJ y sus socios, la firma dijo que “no alberga o promueve actos ilegales. Sus alegatos de que proveemos a los accionistas con estructuras supuestamente diseñadas para esconder la identidad de los verdaderos propietarios son completamente infundadas y falsas”.
La firma añadió que poner fechas atrasadas en documentos “es una práctica bien fundada y aceptada” que es “común en nuestra industria y cuyo objetivo no es encubrir o esconder actos ilegales”.
La firma dijo que no podía responder preguntas sobre clientes específicos por su obligación a mantener la confidencialidad de sus clientes.
El cofundador de la firma, Ramón Fonseca, dijo en una entrevista reciente en la televisión panameña que la firma no tiene responsabilidad por lo que los clientes hacen con las compañías offshore que la firma ofrece. Comparó a la firma con una “fábrica de autos”, cuya responsabilidad termina una vez que el auto es producido. Culpar a Mossack Fonseca por lo que la gente hace con sus compañías sería como culpar al fabricante de autos “si el auto se usa en un robo”, dijo.
BAJO ESCRUTINIO
Hasta hace poco, Mossack Fonseca operaba principalmente en las sombras. Pero se ha visto bajo creciente escrutinio a medida que los gobiernos han obtenido filtraciones parciales de los archivos de la firma, y las autoridades de Alemania y Brasil comenzaron a indagar en sus prácticas.
En febrero de 2015, Süddeutsche Zeitung reportó que agencias de ley en Alemania habían lanzado una serie de redadas apuntando a uno de los principales bancos del país, Commerzbank, en una investigación de evasión de impuestos que las autoridades dijeron que podría conducir a cargos criminales contra empleados de Mossack Fonseca.
En Brasil, la firma se ha convertido en blanco de una investigación de sobornos y lavado de dinero denominada “Operación Lavado de Autos” (“Lava Jato, en portugués), que ha conducido a cargos criminales contra destacados políticos y una investigación al popular ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva. El escándalo amenaza con sacar de oficina a la actual presidenta Dilma Rousseff.
Los archivos filtrados muestran que la firma ofreció con regularidad fechar incorrectamente documentos para ayudar a sus clientes a obtener ventaja en sus asuntos financieros.
En enero, fiscales brasileños llamaron a Mossack Fonseca un “gran lavador de dinero” y anunciaron que elevaron cargos criminales contra cinco empleados de la oficina brasileña de la firma por sus roles en el escándalo.
Mossack Fonseca niega haber incumplido la ley en Brasil.
Las revelaciones halladas dentro de los archivos filtrados de la firma expanden dramáticamente sobre filtraciones previas de registros offshore que ICIJ y sus aliados han revelado en los últimos cuatro años.
En la colaboración mediática más grande jamás producida, periodistas trabajando en más de 25 lenguajes investigaron el manejo interno de Mossack Fonseca y rastrearon los negocios secretos de los clientes de la firma alrededor del mundo. Compartieron la información y persiguieron pistas generadas por los archivos filtrados utilizando archivos corporativos, registros de propiedad, declaraciones financieras, documentos del tribunal y entrevistas con expertos en lavado de dinero y oficiales de ley.
Reporteros del Süddeutsche Zeitung obtuvieron millones de registros de una fuente confidencial y los compartieron con ICIJ y otros socios. Los medios envueltos en la colaboración no pagaron por los documentos.
Antes de que Süddeutsche Zeitung obtuviera la filtración, las autoridades de impuestos de Alemania compraron una serie más pequeña de documentos de Mossack Fonseca de un informante, algo que impulsó las redadas en Alemania a principios de 2015. Esta serie más pequeña de documentos fue luego ofrecida a las autoridades del Reino Unido, los Estados Unidos y otros países, de acuerdo a fuentes con conocimiento sobre el tema.
La serie más grande de archivos obtenida por las organizaciones de noticias ofrece más que un breve vistazo a uno de los métodos de negocios de la firma o un catálogo de sus clientes más cuestionables. Permite una amplia vista al interior de una industria que ha trabajado para mantener sus prácticas ocultas – y ofrece pistas sobre por qué los esfuerzos por reformar el sistema han fallado.
La historia de Mossack Fonseca es, en muchas formas, la historia del mismísimo sistema offshore.
El crimen del siglo
Antes del amanecer del 26 de noviembre de 1983, seis ladrones se infiltraron en el depósito de Brink’s-Mat en el Aeropuerto Heathrow de Londres. Los ladrones ataron a los guardias de seguridad, los empaparon en gasolina, encendieron un fósforo y amenazaron con prenderles fuego si no abrían la bóveda del depósito. Adentro del mismo, los ladrones hallaron casi siete mil barras de oro, diamantes y dinero en efectivo.
“Muchísimas gracias por su ayuda. Que pasen una linda Navidad”, dijo uno de los ladrones antes de partir.
Los medios británicos llamaron al robo el “Crimen del Siglo”. Mucho del botín – incluyendo el dinero conseguido al derretir el oro y venderlo – nunca fue recuperado. A dónde se envió el dinero desaparecido es un misterio que sigue fascinando a los estudiosos del bajo mundo en Inglaterra.
Ahora, documentos de los archivos de Mossack Fonseca revelan que la firma y su cofundador, Jürgen Mossack, pudieron haber ayudado a los conspiradores a mantener el botín fuera de las manos de las autoridades al proteger a una empresa ligada a Gordon Parry, un embaucador londinense que lavó dinero para los conspiradores de Brink's-Mat.
Dieciséis meses después del robo, según indican los registros, Mossack Fonseca estableció una compañía de coraza en Panamá llamada Feberion Inc.. Jürgen Mossack era uno de los tres directores testaferros de la compañía, un término usado en el negocio para “presta nombres” que controlan una compañía en el papel pero no ejercen verdadera autoridad sobre sus actividades.
Un memorando interno escrito por Mossack muestra que él estaba al tanto en 1986 de que la compañía estaba “aparentemente envuelta en el manejo de dinero del famoso robo de Brink’s-Mat en Londres”. La compañía en sí no ha sido usada ilegalmente, pero podría ser que invirtiera dinero proveniente de fuentes ilegítimas a través de cuentas bancarias y propiedades. Los archivos de Mossack Fonseca de 1987 dejan claro que Parry estaba detrás de Feberion.
En vez de ayudar a las autoridades a conseguir acceso a los bienes de Feberion, la firma tomó acciones que impidieron a la policía del Reino Unido tomar control de la compañía, indican los registros.
Luego de que la policía obtuvo los dos certificados que controlaban la propiedad de la compañía, Mossack Fonseca hizo que Feberion sacara 98 acciones nuevas, una movida que parece haber sido efectiva para quitarle el control a los investigadores, indican los registros filtrados.
No fue hasta 1995 – tres años después de que Parry fuera sentenciado a una década en prisión por su rol en el robo de oro – que Mossack Fonseca terminó su relación de negocios con Feberion.
Un portavoz de la firma de abogados dijo que cualquier alegación de que la empresa ayudó a proteger el producto del robo Brink's-Mat es “completamente falsa”. El portavoz dijo que Jürgen Mossack “nunca tuvo tratos” con Parry y nunca fue contactado con la policía sobre el caso.
La defensa de Mossack Fonseca de la cuestionable compañía ilustra lo lejos que muchos operarios offshore pueden llegar para servir a los intereses de sus clientes.
El sistema offshore depende de una amplia industria global de banqueros, abogados, contadores y otros intermediarios que trabajan juntos para proteger los secretos de sus clientes. Estos expertos en secretismo usan compañías anónimas, fondos y otras entidades en papel para crear estructuras complejas que pueden ser usadas para disfrazar los orígenes de dinero sucio.
“Son la gasolina que impulsa el motor”, dice Robert Mazur, un ex agente antidrogas de EE.UU. y autor de “El infiltrado: mi vida secreta dentro de los bancos sucios detrás del Cartel de Medellín de Pablo Escobar”. “Son una pieza extraordinariamente importante de la fórmula del éxito para las organizaciones criminales”, afirma.
Mossack Fonseca dijo al ICIJ que sigue “tanto la letra como el espíritu de la ley. Porque hacemos eso, no hemos recibido cargos por acciones criminales en casi 40 años de operatividad”.
Más de 500 bancos, sus subsidiarias y sucursales han trabajado con Mossack Fonseca desde principios de los ’70s
Los hombres que fundaron la firma décadas atrás – y continúan hoy como sus principales compañeros – son figuras bien conocidas en la sociedad y la política panameña.
Jürgen Mossack es un inmigrante alemán cuyo padre buscó una nueva vida para su familia en Panamá tras servir en la Waffen-SS de Hitler durante la Segunda Guerra Mundial. Ramón Fonseca es un novelista premiado que ha trabajado en años recientes como consejero del presidente de Panamá. Se tomó una licencia como consejero presidencial en marzo luego de que su firma fuera implicada en el escándalo en Brasil y y sus socios comenzaran a hacer preguntas sobre las prácticas de la firma.
Desde su base en Panamá, una de las principales zonas de secretos financieros del mundo, Mossack Fonseca impulsa compañías anónimas en Panamá, las Islas Vírgenes Británicas y otros paraísos fiscales.
La firma ha trabajado de cerca con grandes bancos y firmas legales en lugares como los Países Bajos, México, los Estados Unidos y Suiza, ayudando a sus clientes a mover dinero o reducir sus pagos de impuestos, indican los registros secretos.
Un análisis por parte del ICIJ de los archivos filtrados encontró que más de 500 bancos, sus subsidiarias y sucursales han trabajado con Mossack Fonseca desde principios de los ’70s para asistir a sus clientes a manejar compañías offshore. UBS estableció más de 1.100 compañías offshore a través de Mossack Fonseca. HSCB y sus afiliados crearon más de 2.300.
En total, los archivos indican que Mossack Fonseca trabajaba con más de 14.000 bancos, firmas legales, incorporadores de compañías y otros intermediarios para establecer compañías, fundaciones y fondos para clientes.
Mossack Fonseca dice que estos intermediarios son sus verdaderos clientes, no los eventuales clientes que usan las compañías offshore. La firma dice que estos intermediarios proveen niveles adicionales de supervisión a la hora de analizar a nuevos clientes. En cuanto a sus propios procedimientos, Mossack Fonseca dice que a menudo exceden “las reglas y estándares existentes a los que nosotros y otros estamos atados”.
En su afán de proteger a Feberion Inc., la compañía vinculada al robo de Brink’s-Mat, Mossack Fonseca utilizó los servicios de una firma con base en Panamá, Chartered Management Company, encabezada por Gilbert R.J. Straub, un estadounidense que tuvo un pequeño rol en el escándalo de Watergate.
En 1987, mientras la policía del Reino Unido investigaba la compañía de coraza, los Jürgen Mossack y los otros directores en papel de Feberion renunciaron, bajo el entendimiento de que serían reemplazados por nuevos directores designados por la Chartered Management de Straub, indican los archivos secretos.
Straub eventualmente fue detenido en una operación de la Administración Antidrogas de Estados Unidos no relacionada al caso Brink’s-Mat, según Mazur, el ex agente encubierto. Mazur armó el caso que llevó a que Straub se declarase culpable de lavado de dinero en 1995. Durante el trabajo encubierto de Mazur, dijo este, Straub trató de establecer sus credenciales criminales describiendo cómo encaminó dinero de forma ilegal hacia la campaña de reelección de 1972 del presidente Nixon.
SECRETOS Y VÍCTIMOS
El padre de Nick Kgopa murió cuando Nick tenía 14 años. Los compañeros de trabajo de su padre en una mina de oro en el norte de Sudáfrica dijeron que el padre de Nick había muerto por exposición a químicos.
Nick, su madre y su hermano menor, que es sordo, sobrevivieron gracias a cheques mensuales de un fondo para viudas y huérfanos de trabajadores mineros.
Un día, los pagos cesaron.
Su familia fue una de muchas que perdieron sus pagos a causa de un fraude de inversión de $60 millones llevado a cabo por hombres de negocio sudafricanos. Los fiscales alegaron que un grupo de individuos conectados a una compañía de manejo de bienes, Fidentia, había conspirado para robar millones de dólares de fondos de inversión –incluyendo el pozo de beneficios por muerte de los mineros que mantenía a unas 46,000 viudas y huérfanos.
Los documentos filtrados de Mossack Fonseca muestran que al menos dos de los hombres involucrados en el fraude emplearon a la firma con base en Panamá para crear compañías offshore – y que Mossack Fonseca estuvo dispuesta a ayudar a uno de los estafadores a proteger su dinero incluso luego de que las autoridades lo vincularan públicamente con el escándalo.
Estafadores de esquemas Ponzi y otros embaucadores que roban grandes sumas de sus víctimas frecuentemente usan estructuras offshore para llevar a cabo sus operaciones y esconder las ganancias. El caso Fidentia es no es único fraude de escala mayor que aparece en los archivos de los clientes de Mossack Fonseca.
En Indonesia, por ejemplo, pequeños inversores aseguran que una compañía incorporada por Mossack Fonseca en las Islas Vírgenes Británicas se utilizó para estafar a 3,500 personas por al menos $150 millones.
“De verdad necesitamos ese dinero para pagar la educación de nuestro hijo en abril”, escribió un inversor indonesio a Mossack Fonseca en abril de 2007, luego de que los pagos cesaron.
“¿Pueden darnos alguna sugerencia sobre qué podemos hacer?” preguntó el inversor en un inglés imperfecto tras ver el nombre de Mossack Fonseca en el folleto de publicidad del fondo de inversiones.
En el caso Fidentia, los registros de Mossack Fonseca muestran que uno de los hombres posteriormente encarcelados en Sudáfrica por su participación en el fraude, Graham Maddock, pagó a Mossack Fonseca $59,000 en 2005 y 2006 para crear dos series de compañías offshore, incluyendo una llamada Fidentia North America. Los registros de la firma dicen que le dieron “el servicio VIP”.
Mossack Fonseca también creó estructuras offshore para Steven Goodwin, un hombre que, según dijeron luego los fiscales, había tenido un “rol instrumental” en la estafa de Fidentia. Cuando el escándalo se hizo público en 2007, Goodwin voló a Australia y luego a EE.UU., donde un abogado de Mossack Fonseca se encontró con él en un hotel de lujo en Manhattan para discutir sus propiedades offshore, indican los registros internos de la firma.
El empleado de la firma luego escribió que él y Goodwin “hablamos en profundidad” sobre el escándalo de Fidentia y que él había “convencido a Goodwin de proteger mejor” los bienes de su compañía offshore pasándolos a un tercero.
En su memo, el empleado de la firma dijo a sus colegas que Goodwin no estaba involucrado en el escándalo “de forma alguna” – era solo “una víctima de las circunstancias”.
En abril de 2008, el FBI arrestó a Goodwin en Los Ángeles y lo envió de vuelta a Sudáfrica, donde se declaró culpable de fraude y lavado de dinero. Fue sentenciado a diez años en prisión.
Un mes después de la sentencia de Goodwin, un empleado de Mossack Fonseca sugirió un plan para frenar a los fiscales sudafricanos que debían empezar a indagar en los bienes vinculados a la compañía offshore de Goodwin, Hamlyn Property LLP, que había sido establecida para comprar bienes raíces en Sudáfrica.
El empleado propuso que un contador “preparara” auditorías para 2006 y 2007 “para tratar de prevenir que el fiscal tome acciones contra las entidades tras Hamlyn”. Puso “preparar” entre comillas en su email.
No está claro si la propuesta fue adoptada.
Mossack Fonseca no respondió a preguntas de ICIJ sobre su relación con Goodwin. Un representante de Goodwin dijo a ICIJ que Goodwin “no tenía absolutamente nada” que ver con el colapso de Fidentia “o cualquier cosa directa o indirectamente relacionada con las 46,000 viudas y huérfanos”.
EXPUESTO POLÍTICAMENTE
El 10 de febrero de 2011, una compañía anónima en las Islas Vírgenes Británicas llamada Sandalwood Continental Ltd. prestó $200 millones a una igualmente misteriosa firma basada en Chipre llamada Horwich Trading Ltd.
Al día siguiente, Sandalwood asignó los derechos a cobrar pagos por el préstamo – incluyendo intereses – a Ove Financial Corp., una misteriosa compañía de las Islas Vírgenes Británicas.
Por esos derechos, Ove pagó $1.
Pero el rastro de dinero no terminó allí.
Ese mismo día, Ove reasignó sus derechos a cobrar por el préstamo a una compañía de Panamá llamada International Media Overseas.
Esta también pagó $1.
En un período de 24 horas el préstamo había, en papel, atravesado tres países, dos bancos y cuatro compañías, volviendo prácticamente imposible de rastrear el dinero en el proceso.
Había varias razones por las que los hombres detrás de la transacción podían haber querido disfrazarla, incluyendo el hecho de que el rastro de dinero estaba acercándose demasiado al líder ruso Vladimir Putin.
El Banco Rossiya, con base en San Petersburgo, una institución cuyo dueño mayoritario ha sido llamado uno de los “cajeros” de Putin, estableció Sandalwood Continental y dirigió el flujo de dinero.
International Media Overseas, donde los derechos a los pagos con intereses del préstamo de $200 millones parecen haber acabado, era controlada, en papel, por uno de los más viejos amigos de Putin, Sergey Roldugin, un chelista clásico y el padrino de la hija mayor de Putin.
El préstamo de $200 millones es uno entre las docenas de transacciones que sumaban al menos $2mil millones halladas en los archivos de Mossack Fonseca que involucran a personas o compañías relacionadas a Putin. Formaron parte de una operación del Banco Rossiya que ganó influencia indirecta sobre un principal accionista del principal fabricante de camiones de Rusia y amasó acciones secretas en una propiedad mediática clave de ese país.
Pagos sospechosos hechos por los allegados de Putin pueden haber sido designados en algunos casos como sobornos, posiblemente a cargo de ayuda o contratos del gobierno ruso. Los documentos secretos sugieren que gran parte del dinero prestado vino originalmente de un banco en Chipre que para entonces tenía como dueño mayoritario al VTB Bank, controlado por el Estado ruso.
En una conferencia de prensa telefónica la semana pasada, el portavoz de Putin
Dmitry Peskov dijo que el gobierno no responderá a “solicitudes con palabras dulces”de ICIJ o sus aliados, ya que contienen preguntas que "se han preguntado cientos de veces y respondido cientos de veces”. Peskov agregó que Rusia tiene "disponible todo el arsenal jurídico en el ámbito nacional e internacional para proteger el honor y la dignidad de nuestro presidente”.
Bajo leyes nacionales y acuerdos internacionales, las firmas como Mossack Fonseca que ayudan a crear compañías y cuentas bancarias están obligadas a estar en alerta por clientes que puedan estar involucrados en lavado de dinero, evasión de impuestos u otros delitos. Se les requiere que presten especial atención a “personas políticamente expuestas” – funcionarios gubernamentales o sus familiares o asociados. Si alguien es un “PPE”, los intermediarios encargados de crear sus compañías deben revisar sus actividades cuidadosamente para asegurarse de que no están envueltos en corrupción.
Mossack Fonseca dijo al ICIJ que ha “establecido políticas y procedimientos para identificar y manejar los casos en que individuos” califican como PPEs.
A menudo, Mossack Fonseca parecía no percatarse de quiénes eran sus clientes. Una auditoría interna de 2015 halló que la firma conocía las identidades de los dueños reales de sólo 204 de las 14,086 compañías que había incorporado en Seychelles, un paraíso fiscal en el Océano Índico.
Las autoridades de las Islas Vírgenes Británicas multaron a Mossack Fonseca por $37,500 por violar reglas anti-lavado debido a que la firma incorporó una compañía para el hijo del ex presidente egipcio Hosni Mubarak pero no identificó la conexión, incluso después de que padre e hijo fueran acusados de corrupción. Una evaluación interna de la firma concluyó que “nuestra fórmula de análisis de riesgo es seriamente imperfecta”.
En total, un análisis de los archivos de Mossack Fonseca por parte de ICIJ identificó a 61 familiares y asociados de primeros ministros, presidentes y reyes.
Los registros muestran, por ejemplo, que la familia del presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, utilizó fundaciones y compañías en Panamá para sostener acciones secretas en minas de oro y bienes raíces en Londres. Los hijos del primer ministro paquistaní Nawaz Sharif también poseían bienes raíces en Londres a través de compañías creadas por Mossack Fonseca, indican los registros de la firma.
Los familiares de al menos ocho miembros actuales y pasados del Comité del Politburó de China, el principal cuerpo gubernamental del país, tienen compañías offshore manejadas a través de Mossack Fonseca. Está incluído el cuñado del presidente Xi, quien estableció dos compañías en las Islas Vírgenes Británicas en 2009.
Representantes de los líderes de Azerbaiyán, Pakistán y China no respondieron a pedidos de comentarios.
La lista de líderes mundiales que utilizaron a Mossack Fonseca para establecer entidades offshore incluye al actual presidente de Argentina, Mauricio Macri, quien era director y vicepresidente de una compañía de las Bahamas manejada por Mossack Fonseca cuando era un empresario y alcalde de la capital argentina. Un vocero de Macri dijo que el presidente nunca fue personalmente propietario de acciones en la firma, que era parte de los negocios de su familia.
Durante los días más sangrientos de la invasión rusa de la región Donbas de Ucrania, en 2014, los documentos muestran que representantes del líder ucraniano Petro Poroshenko buscaron con urgencia copia de una factura de servicios del hogar suya para completar el papeleo y crear una compañía en las Islas Vírgenes Británicas.
Un vocero de Poroshenko dijo que la creación de la compañía no tenía relación con “eventos políticos o militares en Ucrania”. Los consejeros financieros de Poroshenko dijeron que el presidente no incluyó a la firma de las Islas Vírgenes en su declaración financiera de 2014 porque ni esa compañía ni dos compañías relacionadas en Chipre y Países Bajos tenían bienes algunos. Dijeron que las compañías eran parte de una reestructuración corporativa para facilitar la venta del negocio de confección de pastelería de Poroshenko.
La lista de líderes mundiales que utilizaron a Mossack Fonseca para establecer entidades offshore incluye al actual presidente de Argentina, Mauricio Macri, quien era director y vicepresidente de una compañía de las Bahamas.
Cuando Sigmundur David Gunnlaugsson se convirtió en primer ministro de Islandia en 2013, ocultó un secreto que podría haber dañado su carrera política. Él y su esposa compartían la propiedad de una compañía offshore en las Islas Vírgenes Británicas cuando él entró al parlamento en 2009. Vendió su parte de la compañía a su esposa meses después, por $1.
La compañía tenía bonos que originalmente valían millones de dólares en tres grandes bancos islandeses que colapsaron durante la crisis financiera global de 2008, lo que la hacía acreedora en sus bancarrotas. El gobierno de Gunnlaugsson negoció un acuerdo con los acreedores el año pasado sin revelar el interés financiero de su familia en el resultado.
Gunnlaugsson ha negado recientemente que los intereses financieros de su familia hayan influenciado su postura. Los registros filtrados no dejan en claro si las posiciones políticas de Gunnlaugsson beneficiaron o redujeron el valor de los bonos poseídos por medio de la compañía offshore.
En una entrevista con Reykjavik Media, medio asociado de ICIJ, Gunnlaugsson negó haber escondido bienes. Cuando se le confrontó con el nombre de la compañía offshore a la que se le vinculaba – Wintris Inc. – el primer ministro dijo “me estoy empezando a sentir raro con estas preguntas porque parece que me estás acusando de algo”.
Poco después, dio por terminada la entrevista.
Cuatro días después, su esposa hizo público el asunto, publicando una nota en Facebook afirmando que la compañía era de ella, no de su esposo, y que ella había pagado todos los impuestos.
Desde entonces, miembros del parlamento de Islandia han cuestionado por qué Gunnlaugsson jamás reveló la compañía offshore, y un legislador pidió que el primer ministro y su gobierno renuncien.
El primer ministro se defendió, argumentando en unas declaraciones de ocho páginas que no se le requiere informar públicamente su conexión con Wintris porque fue realmente propiedad de su esposa y porque era "meramente un holding, no una empresa con actividad comercial”.
ENCUBRIMIENTO OFFHORE
En 2005, un barco de turistas llamado Ethan Allen se hundió en el lago George de Nueva York, con un saldo de 20 turistas de avanzada edad ahogados. Luego de que los sobrevivientes y las familias de los fallecidos demandaron, se enteraron de que la compañía turística no tenía seguro porque estafadores le habían vendido una póliza falsa.
Malchus Irvin Boncamper, un contador de la isla caribeña de St. Kitts, se declaró culpable en una corte de EE.UU. en 2011, por haber ayudado a los estafadores a lavar las ganancias de sus fraudes.
Esto creó un problema para Mossack Fonseca, porque Boncamper había sido el prestanombres – un director testaferro – para 30 compañías creadas por la firma.
Al enterarse de la condena criminal de Boncamper, Mossack Fonseca actuó rápidamente. Dijo a sus oficinas que reemplazaran a Boncamper como director de las compañías – y que atrasaran las fechas de los registros para que pareciera que los cambios habían tenido lugar, en algunos casos, una década antes.
El caso Boncamper es uno de los ejemplos en los archivos filtrados que muestran a la firma utilizando tácticas cuestionables para esconder sus métodos o las actividades de sus clientes de la mirada de las autoridades legales.
En la “Operación Lavado de Autos” en Brasil, los fiscales alegaron que empleados de Mossack Fonseca destruyeron y escondieron documentos para enmascarar la participación de la firma en el lavado de dinero. Un documento policial dice que, en un momento, un empleado de la sucursal brasileña de la firma envió un email instruyendo a sus compañeros que escondieran registros relacionados a un cliente que podía haber sido blanco de una investigación policial: “No dejen nada. Los voy a guardar en mi auto o en mi casa”.
En Nevada, según indican los archivos filtrados, empleados de Mossack Fonseca trabajaron a finales de 2014 para ocultar los vínculos entre la sucursal de la firma en Las Vegas y su central en Panamá en anticipación a una orden de la Corte de EE.UU. requiriendo que entregaran información sobre 123 compañías incorporadas por la firma. Fiscales argentinos habían vinculado a esas compañías con base en Nevada a un escándalo de corrupción que involucró a un asociado de los ex presidentes Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner.
En la “Operación Lavado de Autos” en Brasil, los fiscales alegaron que empleados de Mossack Fonseca destruyeron y escondieron documentos para enmascarar la participación de la firma en el lavado de dinero.
En un intento de liberarse de la jurisdicción de la corte estadounidense, Mossack Fonseca aseguró que su oficina en Las Vegas, MF Nevada, no era una sucursal. Dijo que no tenía control sobre la oficina.
Los registros internos de la firma demuestran lo opuesto. Indican que la firma controlaba la cuenta bancaria de MF Nevada, y los co-fundadores de la firma junto con otro funcionario de Mossack Fonseca eran propietarios del 100 por ciento de MF Nevada.
Para eliminar la evidencia de la conexión, la firma se preparó para sacar documentos de la sucursal y se dispuso a borrar los rastros informáticos del vínculo entre las operaciones de Nevada y Panamá, según muestran correos electrónicos internos. Una gran preocupación, según un email interno, era que el gerente de la sucursal podía estar demasiado “nervioso” para llevar todo a cabo, lo que podía facilitar que los investigadores descubrieran “que estamos escondiendo algo”.
Mossack Fonseca declinó responder preguntas sobre los casos de Nevada y Brasil, pero negó de forma general que haya obstruido investigaciones o encubiertos actos impropios.
“No es nuestra política esconder o destruir documentación que pueda ser de utilidad para alguna investigación o procedimiento”, dijo la firma.
REFORMANDO EL MUNDO SECRETO
En 2013, el líder del Reino Unido, David Cameron, urgió a los territorios de ultramar de su país – incluyendo a las Islas Vírgenes Británicas – que trabajaran con él para “poner nuestras casas en orden” y unirse en la lucha contra la evasión de impuestos y el secretismo offshore.
No tenía más que mirar hacia su difunto padre para ver lo difícil que eso sería.
Ian Cameron, un corredor de bolsa y multimillonario, fue un cliente de Mossack Fonseca que utilizó la firma para esconder su fondo de inversión, Blairmore Holdings Inc., de los impuestos en el Reino Unido.
El nombre del fondo provino de Blairmore House, la ancestral estancia de su familia en el campo. Mossack Fonseca registró el fondo de inversión en Panamá a pesar de que muchos de sus inversores clave eran británicos. Ian Cameron controló el fondo desde que este se creó en 1982 hasta su muerte en 2010.
Un prospecto para inversores decía que el fondo “debería de ser manejado y conducido de forma que no se convierta en residente en el Reino Unido, por propósitos de impuestos”.
El fondo logró esto usando certificados de propiedad imposibles de rastrear conocidos como “acciones al portador” y empleando funcionarios testaferros con base en las Bahamas, indican los registros filtrados de la firma.
La historia de Ian Cameron con los paraísos fiscales es un ejemplo de cuán profundamente el secreto offshore está entrelazado con las vidas de las élites políticas y financieras alrededor del mundo. También es un importante motor económico para varios países. El peso de ese interés personal ha hecho que las reformas sean difíciles.
En EE.UU., por ejemplo, estados como Delaware y Nevada, que han permitido que los propietarios de compañías permanezcan anónimos, siguen oponiéndose a intentos de requerir más transparencia corporativa.
El país de origen de Mossack Fonseca, Panamá, se ha rehusado a adoptar un plan para el intercambio mundial de información sobre cuentas bancarias – por miedo a que su industria offshore se quede en desventaja competitiva. Funcionarios de Panamá dicen que intercambiarán información, pero a una escala más modesta.
El desafío que enfrentan los reformistas y agentes de la ley es cómo encontrar y detener el comportamiento criminal cuando este está enterrado bajo varias capas de secretismo. Las herramientas más efectivas para penetrar este secretismo han sido las filtraciones de documentos offshore que han sacado los negocios ocultos a la luz.
Filtraciones de documentos desveladas por ICIJ y sus medios aliados han impulsado legislación e investigaciones oficiales en docenas de países – y sembrado miedo en clientes offshore que se preocupan porque sus secretos puedan ser revelados.
En abril de 2013, luego de que ICIJ publicara sus artículos de “Filtraciones Offshore”, basados en documentos confidenciales de las Islas Vírgenes Británicas y Singapur, algunos clientes de Mossack Fonseca escribieron a la firma pidiendo que se les asegurara que sus bienes offshore estaban a salvo del escrutinio.
Mossack Fonseca dijo a sus clientes que no se preocuparan. Dijo que su compromiso con la privacidad de sus clientes “siempre ha sido prioridad, y en respecto a eso, su información confidencial se almacena en nuestro centro de datos de alta tecnología, y toda comunicación dentro de nuestra red global se lleva a cabo a través de un algoritmo de encriptación acorde a los estándares de clase mundial más altos”.
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* Esta historia fue reporteada y escrita por Bastian Obermayer, Gerard Ryle, Marina Walker Guevara, Michael Hudson, Jake Bernstein, Will Fitzgibbon, Mar Cabra, Martha M. Hamilton, Frederik Obermaier, Ryan Chittum, Emilia Díaz-Struck, Rigoberto Carvajal, Cécile Schilis-Gallego, Marcos García Rey, Delphine Reuter, Matthew Caruana-Galizia, Hamish Boland-Rudder, Miguel Fiandor y Mago Torres.
* Traducción por ABC Color y Centro de Periodismo Investigativo de Puerto Rico.
* Foto portada: Diario Sueddeutsche Zeitung